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¿Tienes miedo a comprar por Internet y temes por la seguridad de tu tarjeta? Las tarjetas virtuales son la solución, y aquí te explicamos todo lo que necesitas saber sobre ellas.
Las tarjetas virtuales son un método de pago cuya función es que el usuario pueda llevar a cabo compras de manera online con un mayor control que el que permiten las tarjetas convencionales. En el entorno actual donde las compras por Internet están a la orden del día, su importancia y popularidad ha aumentado exponencialmente.
Y es que, según el estudio ‘M-commerce: La Revolución de la tienda online’ llevado a cabo por Cetelem, durante el pasado año 2018 hasta el 63% de los Españoles realizaron compras online a través del teléfono móvil. Un dato que no solamente indica el protagonismo que tienen los smartphone actualmente en este tipo de transacciones, sino que evidencia la importancia de las compras a través de Internet.
En el siguiente texto vamos a contarte qué papel juegan las tarjetas virtuales en este creciente escenario de compras online, qué medidas de seguridad añaden a las ya conocidas para las tarjetas de crédito, cómo funcionan y cuáles son las mejores en la actualidad.
Contenidos
Como hemos comentado anteriormente, las tarjetas virtuales son un método de pago pensado para ser usado en las compras a través de Internet, con un funcionamiento y unas características muy similares a las tarjetas prepago. La tarjeta virtual ofrece un control máximo al usuario sobre el dinero que se aloja dentro de la misma, así como también aumenta la seguridad a la hora de ejecutar dichas transacciones online. Estas tarjetas suelen estar asociadas a una cuenta bancaria.
Es el propio usuario el que en la mayoría de los casos puede crear la tarjeta virtual directamente desde la banca online de su propia entidad financiera. En el momento de hacerlo, se asocia automáticamente un número de tarjeta, una fecha de caducidad y un CVV a la nueva tarjeta virtual, pues son los datos que suelen pedirse en el momento de realizar la compra online. Además, también es posible añadir la verificación de compra en dos pasos a través de un SMS que envía un código PIN de confirmación de cada transacción.
Así pues, el usuario que crea la tarjeta virtual puede, en cualquier momento, determinar el saldo que tiene dicha tarjeta al recargarla, y por ese motivo el control sobre este método de pago es tan elevado. En este sentido funciona igual que una tarjeta prepago, pues el propietario de la tarjeta virtual nunca puede gastarse más dinero que el de su saldo correspondiente. La tarjeta virtual puede recargarse en cualquier momento.
Las tarjetas virtuales funcionan de forma algo distinta a una tarjeta de crédito o débito convencional, pero muy parecidas a las tarjetas prepago. Eso sí, a la hora de comprar por Internet, la tarjeta virtual dispone de la misma información que cualquier otra tarjeta y que se necesita para ejecutar la compra. Se dispone de número de tarjeta, de fecha de caducidad y de CVV para entregar en el momento de formalizar la compra. Son los datos que toda tarjeta debe tener para llevar a cabo una operación online.
Lo que cambia en esta forma de pagar es que, mientras en una tarjeta de crédito se paga con la línea de crédito asociada, con la tarjeta virtual se echa mano del saldo que se haya recargado con anterioridad. De esta manera, para que una tarjeta virtual funcione es necesario recargarla cada vez que se quede sin saldo, teniendo así dinero suficiente para realizar la compra deseada.
Eso acerca a las tarjetas virtuales a las tarjetas prepago, pues éstas también necesitan que se vaya recargando su saldo. La diferencia principal entre las dos es que, obviamente, la tarjeta virtual no tiene representación física, y sólo puede usarse para comprar por Internet.
Uno de los motivos principales para optar por la creación de una tarjeta virtual es porque de esta manera se incrementa la seguridad a la hora de comprar por Internet. Esto se debe principalmente a que la tarjeta virtual tiene un límite de uso igual que el saldo disponible, con lo que los riesgos son mucho menores en caso de sufrir robo de datos o uso fraudulento por parte de terceros.
Incluso es posible recargar únicamente la tarjeta virtual con el dinero exacto que costará la compra, con lo que de esta manera el peligro se reduce de forma absoluta. Además, estas acciones ayudan a que se tenga un control preciso del gasto, algo que en muchas ocasiones cuesta de llevar a cabo con las tarjetas de crédito.
Pero más allá de este hecho, las tarjetas virtuales son seguras por los siguientes motivos:
Aunque hemos comentado ya que las tarjetas virtuales están pensadas para comprar a través de Internet, a continuación vamos a señalar varios casos en los que es recomendable echar mano de este tipo de tarjetas. Son situaciones habituales que vivimos día a día, con lo que si añadimos a estas operaciones la tarjeta virtual como método de pago, será más fácil controlar el gasto y proteger nuestro dinero:
Si estás pensando en adquirir o crearte una tarjeta virtual, es importante que sepas cuáles son las entidades financieras que mejores tarjetas virtuales ofrecen. Para saber cuál es la mejor hay que tener en cuenta el límite de las recargas de saldo, donde pueden realizarse estas recargas, las cuotas que se puedan o no aplicar, así como las comisiones que se deriven del uso de la tarjeta virtual:
Si tienes alguna duda sobre tarjetas virtuales o sobre métodos de financiación, puedes contactar con nosotros y te ayudaremos encantados.