Puede ocurrir que la inversión que desees realizar sea de un importe más elevado de lo que tengas ahorrado. Por ejemplo, un Máster, un coche, un viaje durante tus vacaciones, una reforma de tu casa.
En estos casos las opciones de financiación pueden ser las siguientes:
Pedir dinero prestado a familiares y amigos.
En algunos casos, cuando necesitamos dinero, es habitual que pensemos en familiares y amigos. También es habitual que el préstamo se haga sin firmar ningún documento, por lo que, si hay un impago o algún otro problema, se puede generar una situación muy incómoda. Para evitar problemas o malos entendidos y dejar todo claro, es aconsejable redactar un contrato de préstamo con todas las condiciones:
- Identificación de prestamista y prestatario
- Importe objeto de préstamo
- Destino del préstamo
- Plazo de devolución y fechas de pago
- Forma de pago de las cuotas del préstamo
- Intereses por el aplazamiento de pago
- Intereses de demora
- Resolución en caso de impago
Solicitar un préstamo personal.
Muchos de nosotros hemos necesitado, en alguna ocasión, solicitar un préstamo para hacer una compra. Antes de nada, es preciso diferenciar entre préstamo y crédito:
- Un préstamo. Se utiliza cuando conocemos el importe que necesitamos y es elevado y sabemos que vamos a necesitar tiempo para devolverlo. El banco te ingresará la cantidad que necesitas y podrás disponer del dinero.
- Un crédito. El crédito se solicita cuando necesitas un dinero para llegar a fin de mes o hacer frente a un gasto imprevisto. En este caso la entidad que te otorga el crédito establecerá un límite (por ejemplo, 6.000 euros) y te cobrará intereses sobre la cantidad de la que dispongas.
Estas son las pautas que puedes seguir para solicitar un préstamo:
Dónde solicitar el préstamo.
Tienes varias opciones:
- Bancos y cajas de ahorros. Ofrecen multitud de opciones para financiar a particulares y empresas. Es importante que compares todas las opciones y no te fijes solo en los intereses, sino en las condiciones de vinculación que solicitan.
- Empresas dedicadas al préstamo de dinero. Se trata de prestamistas privados que otorgan créditos rápidos, minicréditos y créditos online. Es importante que leas muy atentamente las condiciones que ofrecen.
- Supermercados, tiendas y grandes superficies. Suelen tener una financiera que ofrece la posibilidad de financiar tu compra sin intereses durante los primeros meses.
- Plataformas de préstamos entre particulares. Son las denominadas plataformas de crowdlending en las que un grupo de personas presta dinero a otras a un determinado interés.
Requisitos para solicitar un préstamo.
A grandes rasgos, los requisitos que deberás cumplir son los siguientes:
- Tener más de 18 años.
- Aportar un documento de identidad (DNI, pasaporte, NIE etc.)
- Justificar tu solvencia (contrato de trabajo, nómina, declaraciones de IVA o IRPF en el caso de autónomos, inmuebles de tu propiedad, etc.).
- No tener impagos de otras deudas (es decir, no estar incluido en listados de morosos).
- Puede que la entidad que te concede el préstamo te solicite algunas condiciones adicionales para dártelo que pueden ser:
- Domiciliación de la nómina
- Domiciliación de recibos
- Seguro de amortización del préstamo
- Contratación de plan de pensiones, seguro del coche o de la casa.
- Qué ocurre si estás en Asnef o no tienes aval ni nómina. En el caso en que estés inscrito en la lista de morosos de Asnef, no podrás acceder a un préstamo o a un crédito convencional en un banco, pero sí, en algunos casos, a microcréditos de entidades privadas. Sin embargo, debes leer muy bien las condiciones, porque te exigirán intereses bastante elevados o una garantía adicional (por ejemplo, un aval personal, es decir, que otra persona te avale con su firma en el préstamo, o que aportes una propiedad de una vivienda como garantía).
Lo mismo ocurre si no tienes nómina o aval, habrá algunas entidades que te concedan un préstamo, pero con unas condiciones bastante gravosas.
Otras soluciones: Pago aplazado o préstamo hipotecario
- Pedir un pago aplazado con o sin intereses. Otra opción es solicitar un pago aplazado con o sin intereses tal y como hemos visto en el apartado anterior.
- Ampliar el préstamo hipotecario de tu casa. Imagina que quieres hacer una obra de reforma en tu casa, una forma de financiar la obra es mediante una ampliación de la hipoteca que tengas sobre tu vivienda. La ampliación de la hipoteca supone un cambio en las condiciones que pactaste inicialmente. El cambio supondrá:
- Aumentar el capital de la hipoteca. En este caso se incrementará la cuota que pagues cada mes.
- Incrementar el plazo de amortización. Al aumentar el plazo reducirás el importe a pagar cada mes, pero pagarás más intereses.
- Ampliar tanto el capital como el plazo. En este caso pagas la misma cuota, pero pagarás más intereses.
Para solicitar una ampliación de un préstamo hipotecario tendrás que cumplir una serie de requisitos:
- Estar al corriente de pago de la hipoteca.
- Tener un nivel de endeudamiento adecuado.
- Si lo requiere el banco, contar con un aval, para el caso de que no puedas pagar (puede ser, por ejemplo, una persona que avale el pago).
Para realizar el cambio de la hipoteca se hace lo que se llama una novación, esto supone una serie de gastos que serán los honorarios del Notario y del Registro de la Propiedad. Además, tendrás que pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Por otro lado, la entidad bancaria podrá cobrar una comisión por la novación.
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